Más allá de su función de dar sombra, los toldos son un elemento decorativo que puede cambiar el aspecto de una fachada y un soporte publicitario a tener en cuenta.
En el caso de los establecimientos públicos como tiendas, bares y restaurantes sirven para captar la atención de los transeuntes y para facilitarles la identificación de los negocios: por ejemplo, un toldo en tonos rosas puede indicar la venta de artículos femeninos o los toldos de rayas verdes que han identificado durante años las pescaderías.
La primera imagen que se ve
Son un elemento más de la imagen de la empresa, en el caso de un establecimiento de venta al público es la primera imagen que se ve por lo que se debe cuidar. Es conveniente escoger un tipo de toldo que armonice con la filosofía de la empresa, que no obstaculice el tránsito ni rompa en exceso con la estética del entorno. Existe una gran variedad de posibilidades, por lo que seguro que es posible encontrar la que mejor se adapte a nuestro caso.
Posibilidad de personalización
Si nuestra empresa tiene un logo, podemos utilizar los colores corporativos de la marca para que sea reconocible -nos basta con ver el toldo de ciertas franquicias muy conocidas para localizar rápidamente el establecimiento- o utilizar los colores que hayamos empleado en la decoración del local.
Otra interesante ventaja es que pueden rotularse con el logotipo de la empresa, los servicios que se ofrecen, datos de contacto… es una superficie que no debemos desaprovechar, tanto si son toldos de brazo como en los verticales y también en el caso de las cortinas de cristal es posible poner vinilos para personalizarlas.
Las posibilidades son casi ilimitadas, dinos qué necesitas y lo haremos realidad.
